La alta siniestralidad, los sobrecostes y los trabajadores poco cualificados son algunos de los handicaps a los que se enfrentan día a día los profesionales de la construcción en una obra.
Es sabido que es uno de los sectores más reacio a adaptar las nuevas tecnologías para avanzar hacia la industrialización de sus construcciones. Pero no queda otro camino y es necesario dejar atrás una forma de construir ya obsoleta y poco sostenible.
Actualmente, según la Asociación de Promotores de Madrid (Asprima) tan solo un 1% de los edificios de España están construidos a través de sistemas industrializados mientras que en los países escandinavos esta cifra supera el 45%.
Implicaciones de esta revolución en el sector
Por una parte, implica una transformación sectorial. La consultora Zero City junto con la compañía Kömmerling proponen el reto de desarrollar un modelo de edificación integrando herramientas como BIM (Building Information Modeling), la filosofia LEAN (Lean Construction) e Integrated Project Delivery (IPD) que permiten el trabajo colaborativo en todas las fases de construcción, comunicación entre todas las partes implicadas y la optimización de todos los recursos.
Beneficios de la industrialización
No hay que tener miedo a la industrialización en la construcción porque son muchas sus ventajas. Por un lado, reduce la siniestralidad, al construir en “fábricas de casas” en un entorno mucho más seguro y sin sufrir las inclemencias del tiempo. Por otro, ofrece más transparencia en todo el proceso, reducción de los imprevistos que generan errores y sobrecostes. Además, disminuye significativamente los tiempos de entrega de la obra (entre un 30% y un 50%). Y para acabar, permite la inclusión de las mujeres en un sector en el cual su presencia es meramente anecdótica.
Cambios legislativos y en el CTE
El clúster de edificación nos apunta un cambio importante para 2030, el 40% de las casas unifamiliares se construiran offsite. Pero para lograr este objetivo también se precisan cambios legislativos y aprobar normativas nuevas para este tipo de construcciones. Como, por ejemplo, la Ley hipotecaria para casas prefabricadas o la adaptación del Código Técnico de la Edificación (CTE) a la industrialización.
La revolución ya está aquí con unas herramientas innovadoras y una sociedad que exige una construcción eficiente, eficaz y responsable con el medioambiente.