El European Building Summit Barcelona (EBS) 2023 ha cerrado dos días de congreso sobre los retos de la Construcción 4.0 con el convencimiento de que es necesario adaptarse rápidamente a los cambios y solucionar los problemas inherentes al sector, como la falta de mano de obra, para poder cumplir los objetivos europeos de sostenibilidad y hacer viable su futuro. Unos retos que según Ignasi Pérez Arnal, CEO en BIM Academy y director de contenidos del EBS Barcelona, »piden un pacto colectivo, donde políticos, empresarios e instituciones trabajen de forma colaborativa pensando en el futuro» para tener un parque de viviendas suficiente, mejorado y rehabilitado, a la vez que adaptarse a los, cada vez más estrictos, estándares de mejora ambiental y sostenibilidad. En términos similares, se expresa el director del congreso, Rafael Capdevila, que apunta que «tenemos que dejar al blablabla y pasar ya a la acción de manera colectiva, hay que dejar de ser lobos solitarios y actuar en conjunto».
El EBS Barcelona, en su primera edición como evolución del European Bim Summit, se ha celebrado en el marco de Construmat el 24 y 25 de mayo con la participación de una treintena de los principales expertos europeos que han presentado las últimas innovaciones con base en los tres retos clave: industrialización, digitalización y sostenibilidad. Tres conceptos sobre los que pivota el futuro de la construcción y que deben afrontarse lo más rápidamente posible. El presidente del Colegio de la Arquitectura Técnica (Cateb) -organizador del EBS Barcelona-, Celestí Ventura, ya lo avanzaba en el discurso inaugural: “No hay tiempo que perder, tenemos las herramientas para cambiar, hay que apostar por la sostenibilidad, por la economía circular y por una nueva cultura del mantenimiento de los edificios, por avanzar hacia el futuro”.
En un congreso en el que se ha hablado de economía circular, materias primas y más sostenibles, plataformas digitales, descarbonización, etc, uno de los puntos clave del debate también ha girado en torno a la rehabilitación, y especialmente la rehabilitación energética de los edificios. Ante un parque de viviendas con millones de edificios en mal estado y fuera de las normativas de sostenibilidad, el ritmo de rehabilitación (unas 30.000 viviendas anuales) queda muy lejos de las necesidades futuras: “Hay mucho que hacer y hemos encontrado la manera de que la rehabilitación se convierta en motor de la construcción”, apunta Capdevila. Y añade que los fondos europeos Next Generation deben ser el “tractor del cambio”, pero de momento no tienen la velocidad ni el ritmo adecuado para cumplir con los plazos marcados por Europa sobre la eficiencia energética.
Por su parte, Pérez Arnal considera que el EBS Barcelona «ha abierto la caja de pandora» y ha puesto sobre la mesa que uno de los principales arrecifes para la evolución del sector es la falta de mano de obra: «Sin los profesionales necesarios, no podremos avanzar en tecnología e innovación». Una mano de obra que, al mismo tiempo, debe estar mucho más calificada para un trabajo más especializado y tecnológico. La digitalización es clave para el futuro, ya que permite disponer de toda la información y de todos los detalles de cada uno de los pasos del proceso de construcción, desde el diseño hasta la entrega del edificio, así como el papel que juega el CO2 y el objetivo europeo de las emisiones 0 que Europa ha fijado para 2050: «No nos imaginamos la repercusión que esto tendrá en la manera de trabajar en el sector, porque creo que la etiqueta final de un edificio no se hará sobre la base del precio, sino del CO2 consumido», concluye Pérez Arnal.